martes, 20 de septiembre de 2011

20-S: Don Quijote visita a la Consejera de Educación de Madrid

                                                            
                                                                                                                              
Enterado por las habladurías de la gente de que el Gobierno madrileño de Esperanza Aguirre pretendía desmantelar la Educación y la Sanidad públicas, don Quijote decidió salir de nuevo en aventura con el fin de deshacer tan bastardos entuertos y pidió a don Miguel de Cervantes que lo reviviese y lo galvanizase, y le rogó que lo dignase de la compañía de su fiel escudero Sancho Panza.

Un veinte de septiembre se encaminaron hacia la capital de las Españas tomando el AVE desde su tierra. Una vez llegados a Atocha subieron por el paseo del Prado y se acercaron a la consejería de Educación por ver de visitar a doña Lucía Figar. Cuando la consejera oyó que querían verla tan ilustres personajes, mandolos pasar y en seguida entabló conversa con ellos. Mas don Quijote entrole furioso y le dijo a la dama: “¡Ay Lucía Figar, Lucía Figar!, dime: ¿Por qué has armado tan bellaco follón con la educación pública, malmetiendo de los profesores y maestros y maltratándolos a ellos y a sus alumnos con tus instrucciones para el curso que ahora empieza?
La consejera, avergonzada pero remedándolo, le contestó que quizá había sido mal informado por malmetedores, a lo que don Quijote le replicó con feroz tono: “¡Ah, grandísima picarona! ¡Qué mal gobiernas la Educación de los madrileños! ¡Rácana e ineficiente dama que no sabes gobernar, y que más que Consejera de Educación pareciera que lo eres de Ignorancia y Malas Artes! ¡Ni Lucía, ni Figar! ¡Altanera y maledicente mujer! ¡He de concertar con mi creador que te rebaje del cargo que tienes y te nombre maestra contratada pero sólo seis días por cada tres meses, que es como tú haces con muchos maestras, a ver qué tal te va!”

Y de Educación se fueron a la consejería de Sanidad, y luego a otras dependencias del Gobierno, por ver de impedir más desatinos. Después, al bajar por la carrera de San Jerónimo, don Quijote le dijo a su escudero: “Sancho, quiero que te fijes en ese palacete al que llaman el Congreso, pues otro día vendremos más despacio por ver de hablar con los señores diputados”. “Cuente vuesa merced conmigo, que ya me estoy regustando con ello”, le replicó Sancho. Y en el AVE se volvieron a su casa, que el día había sido duro y apenas habían probado bocado.
                                                                                                                              
    Antonio Aravalle

No hay comentarios:

Publicar un comentario