miércoles, 12 de enero de 2011

Un verano sin móvil



03 Ago 2009

 

Hace unos días estuve consultando la página de mi pueblo. Como ahora hay allí bastantes chicos y chicas de veraneo, me pareció interesante dejar algo para ellos. Sé que pocos lo van a leer, pero no me preocupa mucho, con que alguno lo aproveche ya es bastante. He dicho chicos, palabra poco usada ya; menos aún muchachos; suena redicho y adulcorado lo de adolescente, así que diré chavales, y creo que doy en el clavo.

Hola paisanos:

Leo a menudo esta página pero hace mucho que no dejo mi rastro. Este verano iré al pueblo, lo que aún no sé es si por la fiesta o por san Miguel. En todo caso, feliz verano a todos los que estéis ahí pasando vuestras vacaciones.

Echo la memoria atrás, cuando no teníamos vídeos, ni deuvedés, ni emepetrés, ni televisión, ni reloj de pulsera, ni pleiesteision, ni internet, ni ordenador, ni móvil, ni cámaras digitales, ni cámaras de fotos de las de carrete, ni coche, ni bici, ni moto, ni botellón, ni casi nada de los numerosos cachivaches que hoy nos rodean, a los niños, a los jóvenes y a los mayores.
Y nos íbamos a bañar a los pozos de las regaderas, leíamos tebeos, jugábamos a rondaúna, íbamos a las fiestas de los pueblos, ayudábamos a heno, escardábamos, esperábamos a tio Ángel, el cartero por si llegaba lo de la beca, mientras otros iban a los corrales para ordeñar a las cabras.
No es melancolía; probad durante un mes a dejar de usar los cachivaches que tanto utilizamos durante el curso. Salid de excursión, disfrutad de la mañana, haced trabajo solidario limpiando el pueblo, atended a vuestros abuelos, rebuscad herramientas viejas y preguntad para qué servían, haced chapuzas con ellas, sembrad un huertecillo, escribid vuestras impresiones sobre todo ello, haced un librito sobre caminos del pueblo, utilizad las manos para desentumecerlas y probad lo útiles que pueden llegar a ser, id con vuestros familiares y amigos a los prados y huertas de la familia, aprended sus nombres.
Subid a las lagunas, a la sierra de la Peña del Cuervo, de Robles Amarillos, de la Urralea, de Béjar, bajad al río de las treinta pasaderas, de las tres, al puente de la Varacolcha, del Alunao, del Regajillo, de la Pedrosa, de los Recueros.
Ya sé que muchos hacéis algo de esto, pero quizá no está mal que alguien lo recuerde desde lejos. Y si lo veis oportuno, usad los cachivaches pero con un fin diferente, quizá más creativo. En fin vosotros veréis. Permitidme sacar de mi chistera algo que está en mis relatos, con el fin de provocar en vosotros, niños, jóvenes y mayores, debate, lectura y diversión.

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