martes, 18 de enero de 2011

Cumpleaños de mi madre

03 Jun 2009





Hoy, tres de junio de 2009, mi madre hubiera cumplido 83 años. Pero murió a los 45, así que ya hace muchos años en los que, cuando llega este día, como no puedo imaginar cómo sería ella si viviese, lo que hago es recordar quien fue.
Y fue, sobre todo, una buena persona. Una mujer de intensas amistades, una esposa abnegada y una madre feliz. Yo creo que sí, que fue una madre feliz con sus tres hijos. Conversadora infatigable, curiosa por conocer, atrevida en los intentos de mejorar la vida y con don de gentes para tratar con todo tipo de personas.
Lo que no pudo la tuberculosis que sufrió, lo que no logró aquella pancreatitis que amenazó la vida de mi padre, lo consiguió su cáncer prematuro, que yo creo que incubó en aquella granja navarra que mi hermano y yo, muchos años después, compararíamos con Macondo. Allí se sintió prisionera de un ambiente lastrado y primitivo, allí se vio limitada, pensó que de allí difícilmente ya iba a salir. Y salió, pero camino de nuestro pueblo, cuando en el hospital vieron que nada se podía hacer.
Muchos años han pasado hasta que he podido hablar de esto sin que asomaran unas lágrimas de inmediato, de tan desgarrador como fue aquel periodo de su muerte, de tan penoso como fue quedarnos todos huérfanos de ella: mi padre, con 47 años, y mis hermanos y yo, con 11, 15 y 19. Pero ahora ya me es posible llegar a este día, el de su cumpleaños, y sentir alegría. Alegría por poder recordar momentos de su vida, acariciar esos recuerdos, mirar fotos, intentar evocar su voz, tan lejana ya.
Un pudor herido nos impidió durante mucho tiempo hablar de ella, hasta tal punto que son contadas las veces que sale en nuestras conversaciones. Pero buena parte de lo que somos se lo debemos a ella, pues su tesón, su entrega y su amor quedaron para siempre en nosotros, impregnando nuestra personalidad y nuestra forma de ver las cosas.
Por todo ello, hoy me atrevo a celebrar el día en que nació, y aunque ya hace mucho tiempo que no cumple años, si hace muchos años que la llevamos dentro de nosotros. Y aunque ella murió hace ya muchos años, mientras vivamos su memoria vivirá en nosotros, pues nadie muere del todo si hay alguien que recuerda. Y nosotros la recordaremos siempre, pues además de traernos a este mundo hizo todo lo posible para que en él viviéramos felices y seguros.
Gracias, madre, por haber sido como fuiste. Gracias por darnos todo. Gracias por tu sinceridad y tu sonrisa. Siempre en el recuerdo te queremos. Y hoy más, pues hace 83 años que naciste. Gracias.


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